Mi estancia en el Erasmus en Italia está siendo inolvidable, he hecho un montón de cosas …. como probar comida buenísima , ir a fiestas inolvidables y muchísimas visitas a lugares preciosos , pero también hay cosas negativas que forman parte del día a día. No todo es perfecto, y creo que es importante hablar también de lo que a veces se nos hace cuesta arriba.
Una de las cosas más difíciles ha sido la barrera del idioma. Aunque el italiano se parece al español, no es lo mismo. En conversaciones rápidas o en clases donde realizamos las practicas , a veces me siento perdida o no entiendo nada. Aprender un idioma nuevo sobre la marcha es un reto constante, pero poco a poco, entre los alumnos y profesores se te hace más fácil y cómodo.
La salud italiana también me ha dado más de un dolor de cabeza. Trámites que parecen simples, como sacarse el código fiscal o conseguir ciertos documentos para que te puedan atender en el médico, se me han hecho muy complicados por la falta de información o falta de idioma. Sinceramente, para mí, la peor parte ha sido que me atiendan en el médico…
Otro aspecto complicado es la distancia emocional con mis amigas y mi familia. Estar lejos de mi familia, mis amigos de siempre, y todo lo que me resulta familiar, a veces pesa y se te hace larguísiiimo. La vida aquí en Italia de Erasmus es intensa y muy bonita, pero también es un poco solitaria en ciertos momentos.
En cuanto a la convivencia, aunque conozca a mi compañera Andrea de antes en clase, nada que ver. Compartir piso no siempre es fácil. Hay diferencias y hábitos distintos y ritmos de vida que no siempre coinciden pueden generar discusiones, en nuestro caso han generado muchas ya que somos muy distintas, pero nada que no tenga solución y que acabe de buen rollo siempre.
Por último, está el tema del dinero. Aunque intento gestionarlo bien, vivir fuera implica muchos más gastos de lo que imaginaba: transporte, imprevistos, arreglos, viajes, comidas, … Todo suma, por muy poco que sea. Y a veces toca decir que no a planes increíbles solo por ahorrar, y da rabia, porque te gustaría hacer un montón de cosas más y por culpa de los precios elevados, hay que decir que no muchas veces. Pero también hay que decir que no nos lo estamos pasando nada pero nada mal.
En resumen, vivir esta experiencia en Italia es un sueño hecho realidad, pero como todo en la vida, tiene sus partes malas. Pero estoy muy contenta y me siento muy afortunada ya que no solo estoy aprendiendo sobre un nuevo país y como se vive aquí , sino también sobre mí misma y como soy yo fuera de mi ámbito de siempre .
Recomiendo la experiencia al 100% , con todo lo bueno y todo lo malo. Porque de lo bueno disfrutas pero de lo malo aprendes un montón y te servirá para tu futuro.